.

28 octubre, 2009

EL JUEGO – 22 de octubre, 2009


Heavenletters™ Nº 3235: Acercando la Tierra más al Cielo
Traducido por: Cecilia Ricardini
Edición: Anita – wayran@gmail. com

El CIELO está aquí para alcanzar a cada alma en la Tierra con el propósito de despertar:

* Nuestra conexión con Dios*

* Nuestra confianza en nosotros mismos *

* Nuestro conocimiento de ser merecedores por igual ante los ojos de Dios.*

* Paz en la Tierra*

Dios siempre nos está acercando a Él.



Dios Dijo:

No eres un comodín, amado. Eres Mi As. Eres la carta que tengo en la mano. Todos Mis descendientes son el as que sostengo.

Has visto como la gente que juega al póker toma al juego muy en serio. Incluso cuando los jugadores juegan por fósforos, se vuelve serio. Los jugadores, hasta cuando no se arriesga nada, entran al juego y se convierten en jugadores serios, como si todo estuviera en juego, como si sus propias vidas estuvieran en juego. Sienten que no quieren perder. No les molesta perder los fósforos, pero sienten que están cargados para ganar ¿Ganar qué? Ganar el juego. Desean fervientemente que las cartas que son repartidas, o que se reparten a sí mismos, derroten a las cartas de los demás. Entonces los jugadores quedan atrapados en el deseo de ganar. ¿Qué tiene que ver realmente el ganar con los jugadores?

El juego de las cartas se juega en etapas, digamos. Sabes que sólo es un juego, pero estás serio, entonces te miras y miras a los demás ganar o perder. Eres el observador que mira a otros observadores. En cierto sentido, eres como las muñecas rusas, una dentro de la otra, como capas de ti contenidas una dentro de la otra. Miras lo que sucede, y te miras a ti mismo que te miras a ti mismo. Y entonces tienes múltiples capas y sabes que existes y como sabes que un juego es solo un juego, todavía tienes que ganar. Tienes que ganar, si no. ¿Si no qué? ¿Qué es lo otro? Ganes o pierdas, el juego se termina, y tú devuelves las cartas y te vas a tu casa.

Quizás piensas que fuiste favorecido por Dios cuando tienes una mano ganadora. Quizás piensas que no fuiste favorecido por Dios cuando no tienes una mano ganadora.

Ves el paralelo entre la vida y una mano de póker, ¿no?

Sean las que sean las cartas que recibes, sabe, de una buena vez, que has sido favorecido. Por supuesto, amas las buenas rachas. Son divertidas, y las malas rachas no son tan divertidas. No te gustan mucho las malas rachas. Quizás te valoras más cuando ganas y te valoras menos cuando pierdes. Ganar es un alivio. No ganar genera disconformidad.

Ojalá te olvidaras del concepto de ganar o perder. Ojalá jugaras un juego de cartas y supieras, realmente supieras, que no hay mucho en juego. Estás jugando por diversión. ¿Por qué debería tu diversión depender del hecho de ganar? Ganes o pierdas, diviértete. El juego es realmente una ocasión para la camaradería. Podemos llamar al juego una excusa para estar juntos, como si necesitases de una excusa. Todos saben que jugar al solitario, hasta ganando todas las manos, no es divertido. Compartir el entendimiento, sí lo es. En la vida, estás jugando un juego de entendimiento, amado.

Cuando se trata de ganar o perder, el aguafiestas es el ego. Al ego le gusta estropear los trabajos. El ego gana de cualquier modo. El ego está feliz cuando ganas, y tiene regocijo cuando no lo haces. El ego hace que esté todo bien de cualquier modo. Ya no seas el títere del ego. Permanece en el juego pero no seas parte de él.

Juega neutral, amado.

Ganar es un mito. Perder también lo es. ¿Qué puedes perder cuando eres más grande que la vida misma? ¿Qué puedes perder sino el ego? No hay nada más que puedas perder. Cuando el ego se va, el sufrimiento y todo lo que esté relacionado sale por la puerta junto con el ego. Todos los compañeros del ego lo siguen del mismo modo en que las capuchas siguen al capo de la mafia.

Derechos de autor © 1999-2006 Heavenletters™

Heavenletters™ -- Ayudando a los Seres Humanos a Acercarse a Dios y a Sus Propios Corazones.

Gloria Wendroff, Supervisora

Email angels@heavenletter s.org

No hay comentarios.: